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En el capítulo de hoy de la serie "Qué hacemos para cenar?" os traigo un pan insultantemente fácil y rápido. No vas a tener excusa: ni amasados, ni fermentaciones largas, ni tan siquiera vas a ensuciarte las manos! Un pan que va genial con quesos, patés, cremas de cacao... y tostado, ya, ni te cuento...
Es un pan típico de Irlanda, pero que admite cualquier tipo de sugerencia y tuneado. Como no va a fermentar, todo el sabor se lo dará la calidad de los ingredientes que utilices. Mi recomendación es que uses harinas integrales; pero puedes mezclar varias integrales, o integral con blanca, añadirle frutos secos, o semillas, o pasas, o ciruelas, o pepitas de chocolate... o todo a la vez! Puedes incluso añadir más agua de la que te indica la receta para que tenga más volumen y esponjosidad. No tengas miedo a experimentar! Una cosa más: al ser 100% integral, su sabor será más rico y profundo al día siguiente (por si te sobra algo de la cena...)
Ingredientes
- 350 gr de harina integral (trigo, centeno, espelta)
- 400 gr de agua
- 1 sobre de levadura química
- 35 gr de miel
- 7 gr de sal
- 75 gr semillas
Elaboración:
De lo más sencillo. Mientras calientas el horno a 220º, mezcla en un bol todos los ingredientes. Usa una cuchara de palo y remueve hasta conseguir una masa similar a una pasta de croquetas.
Viértela en un molde anti adherente (si no lo es, pincélalo con aceite o mantequilla). Debes llenarlo hasta la mitad aproximadamente.
Espolvorea generosamente harina por toda la superficie y hornea durante 40-50 minutos. Si ves que se te quema la superficie, ponle un trozo de papel de aluminio por encima hasta que completes el tiempo de cocción.
Sácalo del horno y del molde y deja enfriar en una rejilla. Ya sólo te falta disfrutarlo!
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